domingo, 22 de enero de 2012

Al principio

Lo que te decía, Julio, masticáte esa palmerita y atendeme, acerca de las bolsas del supermercado; esas que mi hermano guarda, una dentro de la otra, para terminar anudadas donde yo creo, apiladas a un lado de la leña, algunas trepadas a los troncos, otras cayendo de tan acumuladas y cuando no las ven, sí, adormecidas. Las mismas que hacen nudo al ser tironeadas en sus puntas ¿Lo notaste? Jodéme. Simulando contener deshechos y basura en su interior pero no, papeles hechos bollo, letras húmedas borrascosas y esquinas de cartón sabor pizza destilan de repente ´él todavía´, y la resaca de tufo a domingo sulfatado, solventando en su bostezo el slogan ´viva el reciclado´del onceavo mandamiento: ´no reducirás, jamás, el deseo a la demanda´ y entonces ¡chau! a las botellas, ésas que se vacían de la nada las muy putas, y de golpe porrazo hacen silencio, tornándose ligeras y asomando así, como queriendo escapar de mi cabeza. ´Ya te dije´, acota el otro, no me voy a cansar nunca de repetirte:¿Te fijaste la cáscara por dentro? Se deja ver (entre mezclándose con los restos de lasagna) Y pensar que de todo-todo, solo queda el recuerdo del sonido en la pajita de la espuma de aquél licuado sublime, y nunca combinado (love is about trust), mientras la media naranja resignada, mira hacia abajo y junta saliva, entregándose valiente al paso del tiempo y entonces un te quiero se deliza, veloz, mojando el nylon y separado ya, de su hilo. *Es la parte en que mirando hacia arriba el pie se dobla en el aire para caer perfecto, cuarto perfil consagrado; tumbando el tronco gruñe el quebracho y vuelve a latir en el tobillo, cual héroe que respira hondo, barre del techo las telarañas, le hinca el colmillo al chicle globo rezando por la jirafa endeudada (de tanto buscar el techo) y adiós a la sed: traga, abre la bolsa de Disco e insulta para adentro (en simultáneo) mientras insiste en cerrarse, limpia con sus dedos el flequillo del escobillón (todo para encontrarse de nuevo con la pregunta acerca de la pelusa inolvidable) sale de su ombligo, da 2 pasos para continuar, sigue y se olvida (lo resuelve:) Cuelga la pala desparramando con el mismo pie la línea de polvo que dibuja el piso, barrido sobre los mosaicos, baja dos escalones esparsiendo tolerancia o liviandad y, mirando hacia abajo como debe ser, vuelve a empezar. Así de simple. Increíble Julio -te decía- si me vieras ahorita mismo en mi jardín, recogiendo las piñas del día para fabricar sobre ellas, artesanías por la noche. Me he vuelto hipi y ya bien sabes, prefiero enmarcarme en la tangente. Te decía entonces, Pedro, éso y todo lo que hay que hacer, además de equivocarse, para quedarse callado hasta respirar de nuevo, y sacar la basura de casa cuando pasa, si es que pasa, un día más.

3 comentarios:

  1. Siempre te leo y no dejás de sorprenderme... No cambies más, Cas!



    PD. Eso sí: dejá de hacerte la Julia xD..

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  2. Tanto tiempo Anónima! (Hoy es jueves y te recuerdo que es día de retirar tus lentes nuevos)... Saludos a la gorda Lili!



    *Y era cierto entonces: el lila me sienta como el orto! ( :

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  3. Cas:

    Ojala le tengas miedo al mar,
    así yo que me le animo

    me acerco a preguntarle
    mientras vos haces de eso

    el más lindo retrato.

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